viernes, 21 de enero de 2011

Soul sister,

Llegué a mi casa, corrí hacia mi cuarto, tiré la mochila y caí sobre mi cama. Eso es lo último que hice, al menos así lo recuerdo porque después comencé a llorar. Si la pregunta que sigue es un “¿Porqué?” La respuesta es muy sencilla.
Mi mejor amigo ya no me creía su mejor amiga, así de simple.
Me dolía tanto. Él era mi mejor amigo desde el primer semestre de prepa, pasábamos tanto tiempo juntos que todos creían que éramos más que amigos.
Lo recuerdo como si fuese ayer, lo puedo jurar, es que era tan divertido; el tiempo con el pasaba rapidísimo, no existía cosa que él no supiera de mi. Todo eso fue en primer semestre. En segundo semestre por cuestiones de tiempo nos distanciamos un poco y él cambió mucho, tenía más amigas y yo ya no era la única.
Wendy una gran chica, amigable totalmente, era su nueva mejor amiga y sinceramente me caía muy bien.
A mitad del segundo semestre tuve la oportunidad de hablar con él, con Eder, mi mejor amigo; hablando se podía sentir esa confianza que aun existía, pero sinceramente ya no era lo mismo, yo lo percibía.
Había algo en él, que hacía que no fuera él… ¿Curioso no?
Comenzó a hablar sobre todo lo que él había hecho en el tiempo que habíamos estado incomunicados, todo iba perfecto a decir verdad hasta que mencionó a una chica, Danna.
Un nombre no tan común, pero ella es una chica peculiar.
Danna ¡con tan solo pronunciar su nombre las nauseas llegaban a mí! Ella era tan… tan… tan… ¡“amiguera” pues! (sobre todo con los chicos) ¿Ahora me entienden? Solo con saber que su mejor amiga era la más popular con los chicos basta, ¿no?
El problema es que ella era ahora la “quedante” de mi mejor amigo y no me parecía para nada buena idea. ¿Dónde quedaría mi amigo?
A veces que había tiempo libre como para platicar entre horas ella estaba ahí, con él ¡como si fuese una chinche!
Sentía celos, sentía rabia. ¡Él me había cambiado por alguien así!
En las salidas que tomábamos el mismo camión yo le separaba lugar pero antes de llegar al camión él y yo caminábamos juntos a tomarlo, ahora no, ahora era primero ella. ¡Eso era injusto! Ella lo tenía todo el tiempo en su salón… ¿Porqué no lo dejaba tantito?
De tanto trauma comencé a sentirme obsesiva, así que decidí dejar este asunto por la paz.
Cuál fue mi sorpresa a los aproximados 2 meses siguientes. ¡Ellos eran novios!
Juró que me dolió en el alma, pero no pude hacer nada.
Él sencillamente ya no era él. Pareciera como si ella en realidad lo hubiera cambiado tal cual.
Hace poco volvimos hablar, fue una plática tranquila, pero la confianza ya no estaba ahí, ya no había nada, ni siquiera restos de esa hermosa amistad que antes había existido entre nosotros dos. Él fue tan cortante que sinceramente no lo reconocí para nada y mi actitud cambió espontáneamente, entonces lo que hice fue reprocharle y dejar salir todo ese coraje que yo sentía dentro de mí al verlo a él tan cambiado, le dije como me sentía, cuanto lo quise, cuanto aprecié su amistad, pero que ahora no me importaba nada más y lo único que en verdad deseaba era que él se apartara de mi para siempre así cuando menos esa tipa dejaría de criticar mi vida y aunque me doliera en el alma que esa persona a quien yo llamaba my “soul-sister” ya no estaría más en mi vida y corazón creo que hice lo mejor.

Stefany Ibarra.