jueves, 27 de enero de 2011

3 años o poquito más

Me continuaba preguntando cada día qué pasaba; si lo que importaba en mí era sentirse enamorada o acompañada.
No existía día en que no llorara por ese amor que ya no estaba. Lo curioso era que ni yo sabía por que lo hacía.
Todos los días, a cada instante que comenzaba a ponerme melancólica me preguntaba el porqué, pero sinceramente no había ninguna respuesta, o al menos ninguna que “me llenara”.
¡Cómo podía ser posible! Ni yo sabia porque lloraba. Día tras día la tristeza aumentaba y si no era así pues cuando menos se mantenía a su nivel.
Según yo, ya no quería llorar ni sufrir ¿Pero cómo iba a remediar yo esto, si me deprimía yo aun más con canciones, fotos, cartas y cosas totalmente cursis?
En verdad que estaba mal. “Me siento mal y me pongo a recordar para sentirme peor” me decía a mi misma, porque esa era la realidad. Me proponía olvidar en una semana algo que había durado más de tres años. En ese tiempo no lo entendía, pero ahora que ya pasaron algunos meses lo digo con seguridad. Era imposible.
Así de fácil, era imposible poder olvidar en una semana todo aquello que había pasado en 3 años o poquito más.

Stefany Ibarra.