lunes, 9 de mayo de 2011

Quizás mañana sea ya muy tarde.

Hacia tanto tiempo que había prometido nunca más llorar a esos “viejos amigos”, a esas personas que habían decidido abandonarme en mi viaje, bajar de ese tren. Y me refiero a mi vida como si fuese el viaje y al tren como si ahí estuviesen las personas que me acompañan en ella, que siento yo, gustosamente han decidido tomar este viaje conmigo; y yo comprendo, digo no espero que toda la vida se la pasen en el tren, el tren no es grande ni pequeño, es perfecto. Sinceramente creo que tienen que bajar para que al seguir andando suban más y más.
No pretendo atar esas almas a mi toda la vida, es sólo que como siempre y en todo existe el amor y la costumbre (prefiero sentir amor y no costumbre por las personas, lastima que esto solo se da) entonces gracias a que existe o mucha costumbre o mucho amor si ellos se van es muy probable que venga el dolor… sí, así es. No es malo sentir dolor, sólo que no es agradable.
Hoy me puse un tanto melancólica por una charla que tuve con mi mejor amigo, esta vez a diferencia de otras veces no fue por amor, fue tan sólo que tocamos el tema de mi mejor amigo, en el pasado claro, y en mi mente aparecieron muchas imágenes y recuerdos; tuve ganas de llorar, pero las evité, y no, no fue por la promesa, es que eso ya no tiene caso. ¿Porqué llorar a algo o alguien que ya no está? Y es que me fue imposible pensar que la persona con la que hablaba en ese momento sobre eso se trataba de mi actual mejor amigo, y no pude aguantar esta vez las ganas de llorar, porque pues él aún estaba aquí, siendo mi amigo, alegrando mi vida, dándome ánimos, sabiendo que la vida si tiene sentido y ese sentido lo he encontrado en él.
Claro que siento miedo de perder a mis amigos, pero he aprendido que si vivo con ese miedo… realmente no disfrutaría pensando que todo esto que ahora tengo algún día podría ya no estar más; y es por eso que ahora he cambiado en todo esto, he empezado a darme cuenta que no hay nada mejor que disfrutar y vivir feliz con todo aquello que tengo ahora, porque quizás mañana sea ya muy tarde, y sinceramente no quisiera arrepentirme de algo así.


Stefany Ibarra.