miércoles, 20 de abril de 2011

Estoy segura; nadie lo hará.

Y ahí estaba yo otra vez en las redes del tonto amor. Me lo repetía tantas veces que ya creía haber entendido la lección, pero no fue así. Era a diario escuchar esa voz “por favor no vuelvas a creer en el tonto amor”; pero sin embargo no funcionó.
Me detuve un momento a pensar, pensé y pensé hasta que concluí que el amor no era “el tonto”, la tonta era yo, sí claro, yo porque yo era la que caía otra vez en él y ¡él al contrario! pues me hacía caer y creer de nuevo en él.
No sé qué pasa, no sé siquiera si me doy pena yo misma, pero aunque pareciese lo contrario esta vez no me importaba, así es, no me importaba estar hundida en el amor otra vez; por primera ocasión disfrutaría cada etapa, hasta el mismísimo final.
Me encontraba muy convencida de lo que en verdad quería, pues me sentía como una niña de 15 años, tan atontada, tan enamorada y a decir verdad todo esto se sentía muy bien, con ganas de vivir, ¡sonreír!, me sentía tan cursi ¡lo juro! ja ja ja, pero era muy divertido. De pronto recordé una canción: “Smile”, esa canción describía exactamente todo aquello que sentía… “You make me smile like the sun, fall outta bed, sing like a bird, dizzy in my head, spin like a record, crazy on a Sunday night …” juro que jamás me había pegado así el amor, quizás esta vez se trataba del “amor real” , algo más allá que lo físico, algo que viene desde el alma tal vez… no sé.
Desde el día que le confesé mi amor todo parecía genial, lo interesante es que él decía jamás haber sentido eso, “El verdadero amor”, pero algo curioso es que él era más grande que yo, algunos 7 años. Supongo que si él se sentía como yo, él estaría más asombrado que yo, pues sería volver a esa etapa que ya había dejado; ¿no creen?
Parecía una locura, de hecho creo que es una locura… comenzamos a hablar acerca de ello, de las posibilidades de que “esto” siguiera. Y considero que el destino podría hacer su trabajo, sin embargo decidimos planear un acuerdo. Hablamos de una probabilidad (100%), podría ser posible si ambos cooperábamos, entonces yo pensé y dije: “¡Espera!, Dios puso el 1, tú agregas un cero y yo el otro, ¿Ok?” ja ja ja, la idea de los números fue de él, yo simplemente los acomodé.
A pesar de todo eso creo que el destino también tendrá su papel aquí.
Todo esto es ¡Sí lo es!... es una locura, pero el amor es eso, que lo niegue aquél que en verdad ha estado enamorado; y estoy segura: Nadie lo hará.


Stefany Ibarra.